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Gabo: "El periodismo hace sufrir como perro"

Por Esther Vargas

Publicado el 04 de septiembre del 2008

García Márquez siempre será genial. Tras un prolongado silencio, el gran Gabo habló, y lo bueno es que habló de periodismo, el oficio que concierne a todos los que por este blog transitan.

Dice Gabo que “aunque se sufra como perro no hay mejor oficio que el periodismo”. Los periodistas no somos estrellas y tampoco mártires sufrientes. Nunca me ha gustado sobredimensionar este oficio. Nunca compartí ese orgullo desmedido que provoca el primer carné de prensa, pero confieso que cuando lo tuve en la mano (gracias a mis primeras prácticas en canal 7) un poder extraño me miró y casi me guiñó el ojo, si el poder tuviera ojo. Pero, por suerte, esa sensación fue momentánea. Así que no me sentí más grande por ser periodista. Mucho tiempo después al ingresar a la casa de un famoso periodista -para hacerle una entrevista-me topé con, por lo menos, seis documentitos con el sello de PRENSA, ya amarillentos, de medios que ya ni siquiera existían. Yo había perdido el de canal 7, y el de El Mundo se había quedado en el Superba, al lado de algunas botellas de cerveza vacías.

“¿Sufrí como un perro?”. Esto me he preguntado todo el día. Quizás Gabo está pensando en sus días de pobrísimo reportero. No lo sé. Quizás está exagerando. Y la verdad es que siendo Gabo me importa poco que exagere.
Esta noche, al salir de la redacción de Perú.21 comencé a dar vueltas sobre lo que sería este post. Sabía que sería de Gabo, pero no necesariamente de Gabo.
El día no había sido muy bueno. Había sido un día de perros, y terminó con lluvia, una lluvia copiosa que mojó la basta de todos los pantalones de Lima.

“Como periodista, uno sufre o disfruta por los encabezados y el manejo que hace de las noticias; gozamos cuando hallamos una joya, pero sufrimos como perros cuando vemos la forma en que se maltrata el idioma”, explicó, en México, durante un seminario al que acudió mi jefe como periodista invitado.

¿Se sufre? Sí, se sufre. Se sufre cuando te recortan la nota, cuando tu jefe la edita con un machete (sorry, lo he hecho), cuando tu gran titular se transforma en dos palabras sin gracia. Se sufre cuando tu jefe te mira como si fueras un idiota por no haberte acordado de los principios básicos de la siempre odiosa pirámide invertida. Se sufre cuando empiezas una crónica con YO y tu jefe piensa que estás demasiado chico para usar la primera persona. Se sufre cuando te mandan a mirar cómo llueve. Se sufre cuando se te pide que no pienses, porque eres practicante. Se sufre cuando te recuerdan que quizás ya vence tu contrato. Se sufre cuando te barren como la mirada porque simplemente no eres parte de la corte de sobones. Se sufre cuando tu mejor jale no da la talla. Se sufre cuando te das cuenta de que se debe alzar la voz de vez en cuando, o muy de vez en cuando.

Pero se sufre más, como perro realmente, cuando la pantalla está en blanco, y nos sentimos incapaces de unir palabras. Entonces sí te sientes un perro, y encima sin dueño. Puedes ser practicante, redactor principal, jefe de sección, editor o director… El sufrimiento no pregunta qué diablos eres.

Sí, Gabo sigue siendo genial. Así haya querido decir cualquier cosa distinta a lo que escribí en este post, Gabo me hizo pensar en momentos que casi había olvidado, como las noches en el Superba. Y eso es suficiente.

Nuevo periodismo. AAR

Publicado por:

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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