El maestro indica que no hay una nueva ética, son nuevas aplicaciones de la ética las que surgen en Internet.  La ética, entonces, tiene respuestas nuevas de acuerdo con las circunstancias que se presenten. Los principios son los mismos.

Cuando a Restrepo se le preguntó por el inconveniente en el tiempo que dicen vivir los periodistas digitales, contestó que el tiempo se convierte en un problema ético cuando se prefiere lo rápido a lo correcto. Es decir, a la publicación inmediata, a la lentitud de las confirmaciones.  El manejo de las fuentes se complica, lo cual representa una de las debilidades de Internet, en su opinión.

El reto para el periodista está en mantener la práctica periodística de siempre con toda la información que se recibe de Internet. Las fuentes deben ser plurales, diversas e independientes.

SOBRE LAS NUEVAS EXPERIENCIAS

La publicidad en los medios tradicionales se repite en la red, y como sucede en el papel, la publicidad también puede llegar a ser impertinente en las plataformas digitales cuando un anuncio se sobrepone al texto que se necesita leer, por ejemplo. En opinión de Javier Darío Restrepo, el usuario no tiene porque soportar a los anunciantes, y el periodista no puede considerar al publicista como un socio.

Si la información es un bien social–advierte– y no una mercancía, tanto los empresarios como los gobiernos han de saber que el de la información es un espacio sagrado e inviolable.

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