Texto y fotos de Hugo Pasarello 

Fue un día duro y largo para la prensa y  para todo Francia. El ataque a la revista satírica francesa Charlie Hebdo tomó por sorpresa, una horrible sorpresa, a toda la sociedad: 12 muertos, varios heridos de gravedad y un país en luto.

El mensaje que se trató de pasar desde los primeros minutos, a través del gobierno, de los principales referentes políticos y de los medios fue de unión y tolerancia.  Entre otras cosas, no amalgamar el crimen cometido hoy a todos las personas que profesa la fE islámica en Francia, que cobija una comunidad de alrededor de ocho millones de musulmanes.

Charlie Hebdo fue fundada al principio de los años 70 y siempre tuvo como objetivo “molestar”, provocar a través de sus caricaturas para crear debate y gritar lo que a veces se calla.

Tuvo entre su equipo a caricaturistas muy reconocidos en Francia.  Golpeados por la crisis general y por la crisis en los medios del mundo, Charlie Hebdo reduce fuertemente su tiraje y sube el precio de venta. Es un medio que no tiene publicidad para evitar, como lo decían ellos, tener que hacer compromisos editoriales. No se centraban solamente en burlas hacia el Islam, si se miran las tapas de los últimos años prácticamente todas las religiones, partidos políticos y grupos sociales fueron el objetivo de los chistes ácidos de la revista.

Pero fueron las caricaturas del profeta Mahoma que llamaron la atención de Francia nuevamente a las páginas de Charlie Hebdo. De acuerdo al abogado de la revista estaban bajo protección especial desde hacía ocho años. Sin embargo, más allá de la vigilancia, la redacción fue víctima de un incendio en 2011, provocado por un ataque con un cocktail molotov. La protección especial tampoco pudo evitar la tragedia del 7 de enero. Uno de los primeros abatidos fue el policía de guardia.

Francia empieza el año con una terrible noticia, en las puertas de su ciudad principal.

Alrededor de 100.000 personas escucharon el mensaje de unión y tolerancia y se manifestaron en varias ciudades francesas en homenaje a las víctimas y en defensa de la libertad de expresión.

Solo en París más de 35000 personas dijeron presentes en la manifestación que se organizó espontáneamente en la Plaza de la República. Se repitieron los minutos de silencio, se encendieron en cadenas cientos de velas, se gritó varias veces “Nosotros somos Charlie” y se vivaron la libertad de expresión, la fraternidad y la igualdad. Los valores centrales de la República que, gracias a los ciudadanos franceses, va a salir fortalecida y, esperemos, más unida.