Entrevistas

Claves para transformar un medio digital en el siglo XXI

Por Sofia Pichihua

Publicado el 26 de enero del 2017

La crisis de la industria periodística ha hecho tambalear los cimientos de las empresas tradicionales, aquellas que vivían de la venta (difusión) y la inversión publicitaria. Estas dos fuentes de ingresos han caído a un ritmo anual de dos dígitos desde 2008.

Esta es la realidad que advierte el libro Empresa informativa XXI. Conversamos con uno de sus autores, el periodista Juan Luis Manfredi, quien aseguró a Clasesdeperiodismo.com que las redacciones han menguado y numerosos periodistas se han visto obligados a crear, promover y apoyar nuevas iniciativas periodísticas.

“Solo en España, encontramos más de 400 proyectos de toda naturaleza: local e hiperlocal, especializado, de servicio, en formato papel, entre las más populares”, precisó el profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Por eso, en su opinión, el periodista se convierte en promotor de los nuevos medios porque la industria tradicional no genera empleo suficiente, las condiciones laborales han empeorado y las redacciones viven tiempos de cambio. Ante esta tesitura, los periodistas promueven proyectos pequeños, ligeros en costes de producción (más digital y menos papel) y vinculados a la actividad periodística básica: informar y opinar.

“La motivación es a menudo sobrevenida: invierten la indemnización procedente del despido en el nuevo proyecto. Ganan en libertad, pero incrementan su propio riesgo”, advierte.

¿Cómo transformar esa empresa periodística? Estos son los pasos que sugiere:

a. Aunque suene abstracto, lo primero que tiene que tener claro una empresa informativa son los valores, la razón de ser de la compañía, el propósito que mueve a crear una nueva voz periodística.

“Parte de la crisis de los medios tradicionales procede de la pérdida de identidad. Los diarios comenzaron a dedicarse a otras tareas como vender coleccionables de vajillas, comprar licencias de radio y televisión comercial/espectáculo, actuar de portavoces institucionales y una suerte de malas prácticas que han acabado con la credibilidad de las cabeceras tradicionales. La posverdad y la falta de credibilidad arranca de lejos. Se puede afirmar sin miedo que la salida a bolsa no ha beneficiado a los diarios tradicionales. Ese modelo no cuadra con las características de la industria periodística al uso”.

b. Se debe pensar en la delimitación del proyecto: qué producto periodístico, para qué audiencia, con qué modelo de negocio y con qué objetivos. Son aspectos concretos de la organización periodística.

c. Se requiere analizar el talento, el grupo de personas que ejecutarán el proyecto. El talento es el resultado del agregado de habilidades, competencias y capacidades que conviven en la redacción. Ahí vemos nuevos perfiles profesionales: gestores y analistas de datos, curadores de contenidos, realidad virtual, diseñadores, programadores ¡y redactores!

“Lo primero es contar bien las historias, que sean de interés público, que sirvan a la comunidad lectora y sostenidas sobre hechos veraces. Las competencias que se requieren se añaden, no sustituyen estas capacidades básicas”.

Además, hay varios desafíos:

1) crear una estructura ligera que permita dedicar todos los recursos a la producción periodística y no a elementos que no creen valor

2) moldear una voz periodística propia, que se diferencia de verdad de los medios ya establecidos. Imitar al líder no parece una buena idea

3) probar nuevas narrativas, que ofrezcan una experiencia única al lector y evite que los competidores copien el estilo

4) ganar músculo financiero para poder aguantar tres años. Es el tiempo habitual en el ecosistema de start-ups, a las cuales se asemejan bastante

5) huir de los modelos preestablecidos por la prensa convencional. Un nuevo proyecto nunca podrá competir por volumen en una primera etapa. Intentarlo es contraproducente.

¿Todos los periodistas deben ser emprendedores? No necesariamente. De hecho, solo el 15% de los alumnos de periodismo tiene una intención emprendedora definida.

Sin embargo, opina, los periodistas tienen que adquirir las competencias propias de los emprendedores: conocimiento del producto periodístico, comprensión del modelo de negocio, gestión de personas, capacidad de integrar nuevos perfiles profesionales en la redacción, predisposición al cambio, competencias comerciales, agilidad mental, innovación y creatividad, entre otras.

Publicado por:

Periodista licenciada de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Máster en Periodismo Digital en la Universidad de Alcalá de España. Profesora de Periodismo Digital/Community Manager de ISIL. @zophiap en Twitter

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