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Martín Caparrós. Pequeñas crónicas

Por Esther Vargas

Publicado el 22 de mayo del 2008

Martín Caparrós es un reportero que admiro. Hace poco asumió la subdirección de Crítica de La Argentina, el famoso diario de Jorge Lanata que sigo por Internet, un día sí y otro no. Caparrós no resistió el trabajo de oficina y regresó a lo suyo. Abandonó la oficina y regresó a escribir, escribir y escribir. Por estos días se encuentra en Etiopía. Desde allí reportea para Crítica y para el mundo.
Según cuenta la saga de Impresiones de África es un encargo del Fondo de Población de Naciones Unidas, el cual consiste en viajar, una vez por año, ” a lugares levemente inverosímiles para contar historias de jóvenes en situaciones especiales”.
Y sigue:
“Lo que más me gusta de este trabajo es que, hasta muy pocos días antes de salir, no sé dónde será. Sé que suelen ser países que nunca habría puesto en mi lista para las vacaciones –pero a mí no me gusta irme de vacaciones. Sé que probablemente haya un par de países asiáticos, alguno sudaca, tres o cuatro africanos. Pero no sé cuáles son hasta que llega el mail: próximo jueves Etiopía, y después Tanzania, y después Mozambique. Entonces salgo, como quien se ganó el segundo premio de una rifa. Se supone que viajar es lo que me gusta, que es una suerte hacerlo, que qué más quiero pero ahora, por más vueltas que trate de darle, estoy en un clásico momento quo bono. Si quo bono fuera latín –quizás incluso sea latín–, significaría más o menos “con qué objeto”. Quo bono es la forma pretenciosa –la forma cuasi– de preguntarse para qué carajo.
Impresiones de África reúne pequeñas crónicas, en las que luce su estilo, su poderosa y siempre conmovida mirada, y su piel de reportero.
Caparrós es quizás uno de los mejores cronistas del mundo. Escritor, historiador y periodista, pero sobre todo un curioso nato.

Alguna vez le preguntaron qué era la crónica, por qué hacía crónicas, por qué no podía dejar de escribir. Así respondió:

“La crónica no es sólo un lujo narrativo, también es una posición política… quiero decir, frente a esta decisión de los grandes medios de actualidad de postular que importa lo que le sucede a la gente que tiene poder, la crónica habla de otro tipo de gente. Para las personas comunes, la única posibilidad de salir en los diarios es un choque de trenes, un crimen pasional o algún que otro accidente. Sin sangre es muy difícil que una persona común salga en los diarios. Los que salen en los diarios son los que tienen poder. Políticos, económicos o del espectáculo: actrices, futbolistas, modelos, etc. Y eso postula una idea muy fuerte del mundo: que lo que importa es lo que le pasa a la gente que tiene poder. Eso es lo que te está diciendo el diario todo el tiempo. Marca agenda y marca una forma de ver el mundo. En cambio la crónica habla de otra gente. Y en ese sentido me parece muy política”.
Fugitiva. Así se titula el más reciente texto de sus Impresiones de África. Es la historia de una chica de 19 años que cuenta cómo sus padres la casaron a los 9 con un chico de 15 que no había visto nunca

Lee aquí:
Si accedes a Fugitiva encontrarás en la parte inferior enlaces a las seis primeras entregas de sus viajes.
Y hace un tiempo en eBlog, la bitácora del argentino Leandro Zanoni, apareció un post de lujo. Habla Caparrós se llamó y sería bueno que lo disfruten.

La foto de Caparrós pertenece a Fernando de
la Orden, fotoperiodista argentino.

Revisa su portafolio
en
:
http://www.flickr.com/photos/delaorden/

Publicado por:

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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