“El buen periodismo no se amedrenta”

Por @cdperiodismo

Publicado el 05 de mayo del 2011

Octavio Enríquez, periodista de investigación del diario La Prensa de Nicaragua, recibió el Premio Ortega y Gasset en periodismo escrito por sus artículos sobre el ex ministro del Interior de Nicaragua Tomás Borge.

El diario La Prensa reproduce su conmovedor discurso:

En Nicaragua hubo una vez una revolución. En esos días mi país fue el ombligo del mundo. Los jóvenes guerrilleros de entonces, la mayoría pobres y armados de sueños sobre todo, subieron al poder.

32 años después se convirtieron en todo lo contrario que predicaron. Tomas Borge, Bayardo Arce y el Presidente Daniel Ortega, entre otros, son ahora millonarios en un pequeño país donde la frontera entre lo público y lo privado es cada vez más tenue.

Cuando dejaron el poder en 1990, los comandantes, además de repartirse propiedades e inscribirlas a nombres de testaferros, crearon por lo menos 40 empresas que se convirtieron en el músculo financiero del Frente Sandinista, para cuando “gobernaran desde abajo”, dijeron.

Desde 2007, cuando Ortega subió al poder nuevamente, se han contado más de 20 empresas en todos los ramos, desde imprentas, industria de medicina, construcción, canales de televisión, y tanto como puede sumar la imaginación. Son los nuevos ricos de Nicaragua.

Ni todos los bancos juntos suman el dinero que llena las cuentas de la empresa más grande de todas: Alba de Nicaragua S.A., formada gracias a concesiones petroleras del presidente Hugo Chávez y manejada en el país por el tesorero de Ortega.

Controlan además las cortes de justicia, la Policía y se mantienen en constantes coqueteos con el Ejército, que ha sumado millones de dólares a sus cuentas en este flirteo. La oposición no existe y el país está descompuesto. ¿En qué momento se jodió Nicaragua? También nosotros tenemos nuestro país hecho ruinas, Don Mario.

Si hay algo que decir, además de agradecer el premio a este esfuerzo desarrollado a lo largo de cuatro meses, es que el periodismo nicaragüense goza de buena salud.

Ahí está el esfuerzo de los más jóvenes por buscar fuentes, por indagar lo que el poder quiere ocultar, por ser contrapoder que es una maravillosa definición del periodismo de investigación.

Y por supuesto que tengo palabras para mi familia, para mi madre; para vos, Gloria, para nuestros hijos a quienes no podría ver la cara si no contara este país que nos tocó vivir.

Agradezco el respaldo del periódico valiente en el que trabajo que tiene un expediente envidiable de lucha por la libertad en mi país. Son 85 años de historia. El pilar principal continúa siendo el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado por la dinastía de Somoza en enero de 1978, y cuyas palabras son mucho más actuales ahora.

En Nicaragua hubo una vez revolución. Hubo guerrilleros pobres. Pobres siempre hay y, menos mal, que periodismo del bueno también, de ese que no se queja de las adversidades, de la falta de recursos, de la negación de información pública, del maltrato de los funcionarios de gobierno, de las puñaladas asestadas por las fuerzas de choque del gobierno mientras se realizan las coberturas.

El buen periodismo no se amedrenta, trabaja fuera de horario, no entiende de llamadas amenazantes, ni malas caras, ¿saben por qué? Porque es lo mejor que se pudo haber inventando en este mundo que siempre parece que va al despeñadero y donde aún cabe soñar. De niños en las escuelas nos decían que “si pequeña es la patria, uno grande la sueña”.

Escuchemos a Darío. Nos vendría bien como país.

El País recoge más declaraciones del periodista.

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