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¿Por qué periodismo? ¿Por qué Columbia?

Por Esther Vargas

Publicado el 15 de julio del 2011

Susan Orlean, en clase (Foto Sandro Mairata)

La universidad de Columbia tiene uno de los mejores programas académicos de periodismo en el mundo. Está ubicada en Nueva York, por lo que el contacto con redacciones de prestigio y los medios más grandes es fluido. Es carísima, pero cada centavo invertido se justifica.

Uno de los principios para contratar profesores es que sean periodistas en actividad, no contadores de “historias de guerra”, como suele decirse allí. Walt Bogdanich –profesor de periodismo de investigación- fue nominado al Pulitzer este año por un texto sobre el daño cerebral que causan los aparatos láser mal calibrados que se usan para corregir problemas de vista. Pero me contó
un alumno de su clase que no se desilusionó al no obtenerlo, ya que tiene ganados tres Pulitzer en su carrera.

Mirta Ojito, quien fuera mi profesora-tutor del curso Reporting and Writing I (Reportaje y Redacción I), también obtuvo un Pulitzer. Y la asistenta del curso de Advanced Photojournalism (Fotoperiodismo Avanzado), Caroline Hirsch, fue ascendida a jefa de fotografía en The New Yorker.

Un día una clase de periodismo televisivo fue interrumpido por un golpeteo en la puerta. “¿Puedo entrar?”, preguntó nada menos que Barbara Walters. Y en otra ocasión, horas antes de una conferencia sobre el aporte de las redes sociales en las revoluciones del Medio Oriente, uno de los oradores canceló de improviso. Consiguieron un reemplazo de emergencia: Un tipo obeso y canoso
que vi a la distancia del nuestra sala de conferencias del tercer piso (Lecture Hall). Se me hacía familiar. Era Carl Bernstein , el compañero de Bob Woodward en el caso Watergate. Solo me queda una foto mal tomada de lejos.

Los cuatro periodistas del New York Times secuestrados y liberados en Libia –el ganador de dos Pulitzer Anthony Shadid, jefe de la oficina de Beirut, el videoreportero Stephen Farrell, y los fotógrafos Tyler Hicks y Lynsey Addario– fueron a nuestra facultad una semana después gracias a gestiones de nuestra excelente compañera Elettra Fiumi. Recuerdo entre otras cosas, lo mucho que las chicas suspiraron por Tyler Hicks.

Etcétera.

Hace unos años me detuve a pensar qué futuro tienen los periodistas escritos en el Perú. Una novia de entonces tomó por casualidad mi boleta de pago y no pudo contener su espanto. “¿Esto es lo que te pagan?”, preguntó, para luego añadir “yo gano varias veces más que esto”.

En Perú, si eres periodista escrito es muy posible que tu meta sea escribir en El Comercio, en cualquiera de sus publicaciones. Es el medio que mejor paga, el más estable, el que tiene más recursos. A mí me parece una realidad injusta. Debieran haber más opciones, pero es demasiado difícil crearlas. De eso se trata invertir en estudiar una maestría en periodismo por una universidad del
tipo de Columbia. Espero volver pronto con mi grano de arena bajo el brazo.

Lo mío ha sido dedicarme a escribir en diarios, revistas, y cuanto trabajo freelance pude. Hice brevemente televisión, y también relaciones públicas. He editado, traducido, y producido contenido para web. Pero siempre quieres algo más, y teniendo inglés aprendido, fue casi natural venir a Estados Unidos.

Ni siquiera me di por ofendido con el comentario salarial de aquella ex. Me pareció muy divertido. Por supuesto que no dijo lo que dijo de mala intención: fue pura y legítima sorpresa. Nilton Torres, compañero de redacción y de departamento en aquel entonces, nos acompañaba en ese momento y coincidió con mi reacción.

“Así es en el Perú”, le dijimos con nuestra mirada.

Publicado por:

Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.

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