Foto: EFE

Miembros del frente al-Nusra, asociado al grupo terrorista Al Qaeda, asesinaron ayer a Hadi Baghbani en Siria. El periodista iraní había viajado a la ciudad de Damasco para elaborar un documental sobre la crisis de violencia que existe en este país. El gobierno de Irán condenó este hecho.

“La responsabilidad por el martirio de este periodista y documentalista iraní recae sobre los países que suministran dinero y armas a grupos armados en Siria y animar al pueblo sirio a la masacre de extranjeros en este país“, expresó el portavoz de la cancillería iraní, Abbas Araqchi, cita PressTV.

Araqchi pidió a la comunidad internacional hacer un seguimiento a la muerte de Baghbani y cumplir con su deber de proteger a los periodistas y cineastas que trabajan en condiciones críticas. Y tiene razón.

Siria no es el mejor escenario para los corresponsales de noticias. Hace una semana se cumplió un año de la desaparición del periodista estadounidense Austin Tice, quien trabajaba en ese país como corresponsal para medios como Washington Post y CBS. Su paradero es desconocido, pero las autoridades norteamericanas no han cesado las investigaciones.

Así como Tice, otro corresponsal estadounidense identificado como James Foley, se encuentra desaparecido desde noviembre de 2012. Él cubría noticias para la agencia AFP y el medio Global Post.

En julio, el fotógrafo Jonathan Alpeyrie retornó a Francia, luego de haber estado detenido en Siria desde abril. La intervención del gobierno francés fue fundamental para negociar su liberación.

La organización Reporteros sin Fronteras describe al país medio oriental como uno de los “más peligrosos del mundo para los profesionales de los medios”, con al menos 24 periodistas asesinados y 15 periodistas extranjeros que desaparecen o están secuestrados desde el comienzo del conflicto en marzo de 2011.

Fuente: PressTV

Publicado por:

Alvaro Reyes

Editor de contenidos en @cdperiodismo

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