Ali Mustafa, fotoperiodista oriundo de Canadá de 29 años, murió el último domingo en Siria junto a otras 7 personas que investigaban el lugar en donde un helicóptero militar había lanzado una bomba.

De acuerdo con la agencia AP, el equipo no pudo reaccionar a tiempo ante una segunda bomba, la cual cayó en el mismo lugar debido al ataque aéreo por parte del Ejército sirio en una zona controlada por los rebeldes en la ciudad de Alepo.

La familia de Mustafa se enteró de su muerte a través de las redes sociales. Su hermana pidió pruebas en el Facebook de Mustafa, y lo que recibió fue una fotografía en la que casi no se le podía identificar.

El periodista freelance había estado colaborando con agencias como EPA y SIPA. Recientemente había publicado en The Guardian.

En una entrevista, en julio de 2013, explicó por qué había decidido ir a Siria:  «Sentí que era importante ir allí para cubrir la guerra de primera mano. En cierto modo, yo también estoy fascinado por la guerra,no en el sentido sangriento, sino en la forma en que nos afecta como seres humanos».

«Él sólo quería que el mundo sepa acerca de los derechos humanos y todas las cosas horribles pasando ahí abajo», expresó su hermana, Justina Rosa BotelhoBotelho, a Associated Press.

El reportero, nacido en Toronto, Canadá, e hijo de padres inmigrantes de origen paquistaní y portugués, cubrió diversos sucesos en Medio Oriente en los últimos años,  y siguió de cerca las protestas de la Primavera Árabe, en 2011.

Reporteros sin Fronteras informó que Mustafa es el noveno periodista extranjero muerto en Siria desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.

Foto: Time

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