Ejercer la libertad de información y el periodismo independiente puede significar en algunos países exponerte a represalias.
Prueba de ello es lo que ocurrió con un periodista del diario digital El Faro, de El Salvador, quien fue amedrentado por funcionarios de la policía.
Óscar Martínez, dedicado a la investigación del crimen organizado en Centroamérica, fue interceptado por una patrulla de la Policía Nacional Civil (PNC) cuando regresaba a su domicilio tras hablar con una fuente periodística.
Del vehículo bajaron tres agentes, que lo trataron como si fuese un delincuente, le quitaron la camisa y lo separaron de su hermano, que en ese momento viajaba con él.
A estas personas se le sumaron otros dos funcionarios de la División de Antinarcóticos, que utilizaban pasamontañas y llevaban armas. Ellos lo amenazaron con desmantelar su carro para buscar drogas si es que se negaba a colaborar ofreciendo información.
De acuerdo con el testimonio de Martínez, uno de los policías señaló que estaba siendo detenido por ‘órdenes de arriba’. Luego de hacerle preguntas sobre las investigaciones que había realizado en el pasado, lo dejaron ir.
El periodista agradeció las muestras de solidaridad desde su cuenta de Twitter.
Agradezco el apoyo. Y pongo en contexto: fue amedrentamiento a mí y mi fuente. No violencia o amenaza directa.
— Óscar Martínez (@CronistaOscar) julio 17, 2014
