
¿Los periodistas que fueron agredidos durante la guerra en Irak deberían aceptar los beneficios que ahora le ofrece el gobierno? ¿Se trata de una medida de indemnización o de una compra indirecta del silencio de los medios de comunicación? Estas preguntas circulan estos días en diversas redacciones de Irak.
Entre los ofrecimientos del gobierno se encuentra créditos con menor porcentaje de interés, adquisición sin cargo de terrenos, bonificaciones monetarias de mil dólares y otros.
«La mentalidad dictatorial está volviendo», alertó el director del Observatorio, Ziad al-Ajili, a la agencia Reuters. En tanto, el periodista y ex asesor de medios del presidente iraquí Jalal Talabani, Hiwa Othman, manifestó que «el hecho que el Parlamento no aprobara una ley para regular la industria de medios había dado lugar a dudas sobre su independencia».
Para Othman, la credibilidad de los periodistas se vería perjudicada si se acepta estos «regalos».
No obstante, según Hani al-Iqabi, uno de los asesores del sindicato de periodistas, varios colegas se inscribirán para recibir estos bonos. Por otro lado, otros comunidadores aseguran que tienen «derecho» como «cualquier otro ciudadano» de recibir indemnizaciones del Estado por mal trato. ¿Qué harían ustedes?










