Las fotografías no tienen que estar necesariamente en galerías de arte. Así lo cree Jonathan Jones, columnista de la sección arte del diario británico The Guardian, y quien abrió un debate sobre su texto: «Plano, sin alma y estúpido: ¿por qué las fotografías no funcionan en las galerías de arte?»
Las fotos pueden ser potentes y hermosas, además de capturar la inmediatez de un momento como ningún otro recurso, pero son «arte pobre cuando se cuelga en una pared como cuadros», de acuerdo con Jones.
Son superficiales como la pintura, y, en su opinión, es «estúpido» darles tanta atención como a una pintura, la cual no pocas veces son complejas, mientras que una instantánea, muy bien compuesta, solo tiene una «sola capa de contenido».
Jones va más allá y hace una sugerencia para que las exposiciones dejen de ser tradicionales: «El poner impresiones masivas es un desperdicio de espacio, cuando los curadores podrían proporcionar iPads y dejar que la gente se desplace por una galería digital que fácilmente puede ser tan hermosa y convincente como las impresiones costosas».
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