Los móviles tienen un efecto adverso en nuestro comportamiento social y básicamente nos transforma poco a poco en seres bobos esperando un like en Facebook. Con este concepto, el fotógrafo Erik Pikersgill impulsó el proyecto Removed, una serie de retratos cotidianos en los que los teléfonos desaparecen (por fin) de la escena.
«El proyecto se me ocurrió sentado en una cafetería, tuve que anotar lo que observaba», escribe el artista en su web.
«El padre y las dos hijas tenían sus teléfonos, la madre no. Ella miraba por la ventana, triste y sola en compañia de su propia familia. El padre levanta la cabeza varias veces para contarle lo que ha encontrado online. Nadie responde. La madre saca ahora el teléfono», agrega sobre su experiencia.
En la actualidad, no pocos consideran el teléfono más importante que las cosas, espacios o personas que los rodean. Apartarse del smartphone es difícil, pero al ver estas imágenes podrás reflexionar un poco sobre tus hábitos con el teléfono móvil.
«Este miembro fantasma se utiliza como una forma de señalización de ajetreo e inaccesibilidad para los extraños mientras existente como una fuerza adictiva que promueve la división de atención entre los que están físicamente con ustedes y los que no», refiere el gráfico en su web. Mira su colección aquí.
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