¿Los drones se pueden volver más seguros? Eso es lo que trata de averiguar un grupo de investigadores del Virginia Tech de una manera muy práctica: impactando aviones no tripulados con un maniquí de pruebas de choque, exactamente en el rostro.
Los investigadores de pruebas en el Virginia Tech están buscando determinar cuál es el riesgo que suponen los drones para las víctimas de accidentes, y luego diseñar soluciones que ayuden a mitigar ese riesgo.
«El riesgo de lesión es muy bajo, sobre todo en pequeñas aeronaves. Esta investigación puede mitigar esos riesgos aún más. Y tenemos el mejor equipo del mundo haciéndolo», dice Mark Blanks, director del Virginia Tech Mid-Atlantic Aviation Partnership.
En las pruebas, se impactan drones en los rostros de prueba para simular accidentes. De ahí se toman todos los datos posibles. Con esta información se puede empezar a ofrecer sugerencias, hacer modificaciones, y establecer normas que harán que los aviones no tripulados se vuelvan más seguros en caso de que un piloto pierda el control y el dispositivo caiga directo a la cabeza de una persona.
Esta solo es la primera fase del proyecto.
