COVID-19 tiene toda la atención de los medios en el mundo, pero está afectando la organización de la industria.
En Italia, por ejemplo, país europeo más afectado por el coronavirus, con cerca de 10 mil casos, la cuarentena nacional hace que las áreas como deportes, entretenimientos y eventos se desactiven.
Luigi Mastrodonato, periodista ubicado en Milán, cuenta a Journalism.co.uk que los escritores de las referidas áreas estarán inactivos por varias semanas, y que los reporteros de actualidad se centran exclusivamente en la enfermedad que ya causó más de 2500 fallecimientos, de acuerdo con RTVE.
«COVID-19 ha canibalizado todo lo demás», asevera y recuerda que los reporteros solo pueden movilizarse por el país si llevan los documentos adecuados.
No obstante, el escenario se ha vuelto un desafío para los trabajadores independientes, explicó Nadeesha Uyangoda, reportera freelance, quien ya tiene que tomar más distancia entre ella y su fuente, o usar mascarillas, pese a que dificulta la comunicación en una entrevista.
Mastrodonato cree que los errores al informar sobre el coronavirus contribuyeron al caos y la confusión sobre su propagación en el país. «Hubo una carrera por traer las noticias primero que no ayudó a la población en esta fase difícil», aseguró.
«Hoy como nunca antes, la ética periodística es importante y el periodista es responsable de decir de manera clara y equilibrada lo que está sucediendo y cómo comportarse. La forma en que la población reacciona a la emergencia depende de cómo se narra y depende de nosotros narrarlo bien», comentó.
Las restricciones de viajes y las limitaciones en el movimiento afecta la forma de hacer periodismo. Mastrodonato ahora solo tiene que limitarse a cubrir las historias que son factibles y necesarias.









