Eugenio García Gascón, corresponsal de Público en Jerusalén y ganador del premio de periodismo Cirilo Rodríguez, señaló en una entrevista con EFE que «las redes sociales han tenido mucha importancia en lo que sucede en los países árabes pero, cuando desaparezca el factor sorpresa de Facebook y Twitter, ya no serán tan importante».
El autor del libro «Israel en la encrucijada. Crónicas e historia de un sueño imperfecto» compartió la tesis de algunos de sus colegas respecto a que el corresponsal está en peligro de extinción: «hay una crisis fuerte y redunda en perjuicio de corresponsales y enviados especiales».
En su opinión, los medios pierden dinero, especialmente los escritos, pero la figura del corresponsal «es prácticamente un lujo en la sociedad contemporánea y no sabemos muy bien cuánto tiempo podrá seguir manteniéndose».
Es muy cierto. Actualmente las redes sociales han sido partícipes de grandes sucesos mundiales, en los cuales no son necesariamente los periodistas quienes cuentan la noticia y presencian los hechos.
Es delicado que «el periodismo ciudadano», cada vez acapare un mayor espacio en la sociedad, puesto que no son personas o digamos mejor, no son fuentes confiables de información, por ende el riesgo al rumor es mayor.
El furor de la web 2.0 pone en riesgo a la profesión de miles de periodistas especialistas en su área y mucho más a los corresponsales.
El corresponsal cumple con periodismo de investigación en algunos casos. Cosa que el periodismo ciudadano no puede hacer, por su misma tendencia al rumor.