Eric Talmadge es un reportero especializado en la cobertura de Corea del Norte. Y The Washington Post destaca su labor como jefe de la oficina de Associated Press en Pyongyang, y el único periodista occidental con regularidad en el aislado país.
En Pyongyang, Talmadge es seguido constantemente por un agente del Gobierno que le acompaña cada vez que sale de su hotel o de la oficina. El periodista puede hablar con los extranjeros, pero no con los ciudadanos.
También vive una constante vigilancia electrónica. Talmadge tiene en cuenta que sus correos electrónicos, búsquedas en Internet y llamadas telefónicas, así como sus conversaciones, están siendo vistas y escuchadas
La entrevista con el medio estadounidense se realizó vía email. Talmadge dice que puede mantener una presencia semipermanente en el país. De hecho, viaja a Pyongyang cada mes, desde Tokio, donde vive con su familia, y se queda en Corea del Norte cerca de 10 días cada mes, o el tiempo que el Ministerio de Estado deje que se quede.
Las restricciones tienden a limitar el tipo de historias que Talmadge puede informar, al menos sin ser expulsado o encarcelado. Desde que asumió la oficina en 2013, ha cubierto la construcción de la primera estación de esquí de Corea del Norte, el surgimiento de un popular grupo de chicas cantando llama la Banda Moranbong y amplios esfuerzos de la nación para contener el virus del ébola, a pesar de tener las fronteras más resguardadas del mundo.
ROMPIENDO MITOS
La otra actividad de Talmadge, de 53 años, es publicar con frecuencia la vida cotidiana de Corea del Norte en Instagram. Así, dice, puede desmentir rumores occidentales sobre el país y la propaganda incesante de Corea del Norte sobre sí mismo.










