La directora de Sputnik y la cadena RT, Margarita Simonián, cuestionó a la prensa que hacer ver a Rusia como un país anormal.
La periodista explicó cómo funcionan los ataques mediáticos contra Rusia y ofreció algunos ‘consejos’ a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. Sus declaraciones han causado polémica.
«Para la mayor parte del establishment occidental la idea de que Rusia sea un país normal es tan ridícula como la idea de que la Tierra sea cuadrada. La persona que promulgue en voz alta que Rusia es normal es un idiota o un provocador o las dos cosas», ironizó la periodista Simonián, tras señalar que cada día en la prensa y en los comunicados de diversos funcionarios se observa la idea, cercana al racismo, de la anormalidad innata e incorregible de Rusia.
En muchos casos, dijo, eso no es resultado de un astuto esquema contra Rusia, sino de la mera ignorancia de las personas.
[Esa actitud es resultado] «de la desinformación, de la ignorancia infantil, de la falta de costumbre de trabajar con los hechos, de la predisposición a usar formulas listas para el consumo; todo esto se puede resumir en la hermosa palabra inglesa ‘ignorance'», dijo la directora de Sputnik.
La periodista remarcó que a nadie le interesan los hechos, porque los hechos son adaptados para llegar a la misma conclusión: Rusia es anormal.
«No he leído ni un solo artículo norteamericano sobre Rusia, que no estuviera lleno de mentiras, errores conscientes e inconscientes, cifras, hechos y nombres manipulados. Y al mismo tiempo esos artículos nos acusan a nosotros de mentir y de publicar noticias falsas», subrayó Simonián.
Margarita Simonián ofreció unos cuantos ‘consejos’ a la CIA en su lucha contra Rusia:
- Recuérdenle a su pueblo sobre los hackers rusos, para que no olviden el tema. «Hasta el punto de que las personas tengan miedo de ‘tirar de la cadena'».
- Recuérdenle a su pueblo que Trump es controlado por Rusia y ya tiene todo arreglado con Putin.
- Recuérdenle a su pueblo la malicia de Sputnik y RT. Mejor aún, con palabras escalofriantes.
- «Norteamérica ama la comida basura».
