The Guardian está considerando abandonar los planes de varios millones de libras para abrir un gran espacio de eventos en un antiguo tren por temor a que el proyecto se pueda convertir en un elefante blanco.
The Telegraph informa que en diciembre, el periódico pidió al promotor inmobiliario Argent, que es propietaria de las Midlands Goods Shed, una moratoria en el trabajo en el edificio para que pueda revisar sus opciones.
Argent acordó un retraso de 10 semanas, suficiente para que el recientemente nombrado presidente ejecutivo de The Guardian Media Group David Pemsel, y la nueva editora de The Guardian, Kath Viner, consideren el importante gasto previsto por sus predecesores.
También podrían optar a reducir los planes con un diseño menos ambiciosos o buscar nuevos socios comerciales en la empresa para ayudar a mantener los gastos corrientes de los 30.000 pies cuadrados de construcción, de acuerdo con fuentes de la compañía.
El proyecto fue originalmente programado para abrir sus puertas en septiembre 2016.
EL PAPEL
Se estima que The Guardian perdería más de £ 40 millones de forma anual. Al mismo tiempo, su periódico impreso nacional se enfrenta a la fuerte caída de la publicidad que ha afectado a la industria de la prensa en el último año.
A pesar de que ahora vende menos de 166.000 copias por día, el periódico de impresión sigue siendo la principal fuente de ganancias del diario británico.
The Guardian esperaba construir «un anfiteatro abierto para festivales, conciertos acústicos y debates, además de incluir un restaurante íntimo con un programa de cambio de chefs en la residencia, un sillón de cine, un espacio de impresión 3D y un laboratorio de fabricación». Este centro se diseñó con el objetivo de animar a los lectores regulares a pagar hasta 600 £ al año.
La cáscara del edificio está completa y esperando que The Guardian decida continuar o no.
