Gay Talese: La mayoría de periodistas es voyerista

El escritor estadounidense, que junto a Tom Wolfe abrió el camino con el «nuevo periodismo ‘ en los años 60, está en el centro de la controversia con su nuevo libro sobre el dueño de un motel que espiaba a sus invitados. Todos hablan de Gay Talese, los límites éticos del periodismo y la posibilidad de que una historia tan buena –como la que cuenta–no sea cierta.

¿Por qué se sintió atraído por la historia? ¿Era una metáfora de su vida? The Guardian abordó al escritor. Y esta fue su respuesta: «Bueno, la mayoría de los periodistas son voyeristas. Claro que lo son. A menos que seas muy centrado, como esas personas que caminan con la nariz pegada al teléfono todo el día. Nunca he tenido un celular. Siempre he intentado mirar hacia arriba».

Ver  Gay Talese y el periodismo, una vocación dedicada a no mentir

Talese reconoce que Foos -el dueño del hostal y la gran fuente del libro “El motel del voyeur” – es un narrador poco fiable. Talese afirma que así lo ha retratado, y por eso no siente culpa. Recordemos que el escándalo lo armó el mismo periodista al exponer que dudaba de su fuente y asegurar que no promocionaría su nueva obra. Luego rectificó.

Opina que Foos no se siente muy responsable por sus declaraciones.

¿Talese se hubiera molestado si fuera uno de los que eran espiados? Luego de pensarlo por un momento responde que no: «No me hubiera preocupado. Soy un graduado de Sandstone. Solo es sexo, ¿a quién le importa?».

Talese reportó el caso, entrevistó a Foos y presenció secretamente el acto sexual de una pareja. Este hecho ha sido cuestionado duramente, así como el haber mantenido secreto el presunto asesinato del que fue testigo Foos.

A otro medio, Talese –de 84 años–ha dicho que no es exactamente un monaguillo.

Ante los reclamos de la crítica, el escritor reafirma que cree en la libertad de prensa: «Si tuviera acceso a Hitler, lo habría entrevistado. Estoy en contra de la censura… No quiero que la palabra sea erradicada. Me parece que con el fin de tener una sociedad libre, no podemos determinar lo que es digno de ser expurgado». 

Lee aquí la nota en The Guardian.

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