Los funcionarios públicos y defensores de víctimas a menudo piden a los periodistas abstenerse de nombrar a la persona detrás de un acto atroz. Poynter compartió algunos argumentos para demostrar que es una mala idea hacer caso.

VEAMOS:
1. Asignar un nombre a una persona y decirla en la historia, le da a la gente un contexto importante.
2. Saber quien está detrás de la pistola nos permite identificar tendencias. La creación de un registro de casos individuales permite comprender los nuevos datos. Así se puede saber que la mayoría de los actos masivos de violencia han sido cometidos por hombres jóvenes y caucásicos.
3. Nombrar al asesino evita la desinformación.
4. Cuando usted no nombra al asesino detrás de un tiroteo, se hace imposible buscar más actos de violencia que él o ella pueda tener en otros registros o encontrar de donde vinieron sus armas.
Poynter destaca que los periodistas deben prometer utilizar el nombre de manera responsable, para contar las historias de las víctimas por completo y abstenerse a publicar información errónea.









