La primicia

Siempre queremos llegar primero a la noticia. No importa que hayamos llegado tarde al diario, lo real es que queremos tener la primicia. Semanas atrás un alumnos me preguntó qué pasaba cuando se llegaba tarde a un… incendio, por ejemplo. Me ha pasado. Estás delante de la casa y el fuego se ha convertido en cenizas, humareda y polvo. Culpas a todo el mundo: el chofer de la móvil, tu jefe, tu despertador y hasta tu gata. Todo se cruzó en el camino.
Los periodistas llegamos tarde casi siempre. Hay memorables y oportunas presencias que, por supuesto, serán la gran nota. Pero llegamos tarde, porque no tenemos una bola mágica para imaginar que un hombre mató a su esposa de tres puñaladas, que un tipo se tiró al vacío, que una casa se hundió en el río… Llegamos tarde, pero el lector no se entera.
No vale darse la vuelta y regresar la redacción. La primicia se nos va de las manos por dos razones:
1) Llegamos tarde.
2) Alguien o algún medio nos ganó.
A veces no importa llegar primero al hecho noticioso sino llegar bien. Enfocarlo como el primero no lo ha hecho o como no ha sabido hacerlo. Darle la vuelta a la historia, buscar a los otros protagonistas y repensar en cómo vamos a contarlo ahora que ya salió aquí o allá.
Es muy común que los redactores de diarios corran como locos cuando un reportero de radio, de excitada voz, anuncia que se ha producido un triple choque, que hay diez heridos y que los bomberos trabajan arduamente en el rescate de las víctimas. Por cosas del destino hemos estado a solo dos cuadras del lugar y hemos tardado cinco minutos en llegar. De pronto, la voz abrumada del bombero nos dice que aquello ocurrió hace media hora, quizás hace 45 minutos. ¿Acaso el reportero no dijo ‘en este momento’…? Esa fue la pregunta que me hizo cierta vez un practicante.
Todos queremos estar en el momento justo, pero se nos va. Y, como decía, hay que buscar el otro lado de la historia.
La obsesión por la primicia puede ser mortal para la carrera de cualquier periodista. Y si no es mortal puede causar risa. Le pasó a Gabriel García Márquez. Él no fue el causante del fiasco. Fue el protagonista.
Como cuenta el diario El Tiempo de Colombia, la prensa lo casó un día antes. El titular del diario El Heraldo decía: ‘Gabriel García Márquez contrajo matrimonio’. Gabo despertó esa mañana casado, pero no se había casado. A las 11 de la mañana del día siguiente, Gabo y Mercedes se casaron de verdad.
Hace poco se produjo en Argentina un debate que se reduce a dos palabras: un dedo. Sí, un dedo, lanzado en la pista. Esa era la primicia. La imagen que todos querían sin los periódicos encima (Clara señal de haber llegado tarde, tardísimo).
Un periodista de raza jamás estará libre de la tentación de la primicia. La buscará siempre, todas las mañanas. En algún momento llegará el día de su suerte.
Pero, ¿cuánto vale un dedo? El ridículo.
Las mejores primicias son aquellas que nacen de una profunda investigación y no de un golpe de suerte, como toparse en la pista con un dedo. Las mejores primicias, como me dijo cierta vez la periodista Alma Guillermoprieto, se consiguen mirando dos, tres, cinco veces lo que otros solo vieron una vez.

2 comentarios

  1. La primicia del momento antes que suceda, una paradoja algo difusa de lo que se podria saber sin que ocurra para poder llegar en el momento exacto.

    Tal vez requieran de un vidente que se adelante a los hechos para estar en el momento exacto que se asesina a alguien, filmarlo y no hacer nada mientras sucede solo para ganar la primicia.

    Si se sabe que habra un asesinato no se puede auxiliar a la victima para que no pierda la vida? Si se sabe que se producirá un incendio no puede acaso evitarlo?

    Qué mejor primicia la que el mismo periodista puede aportar más siendo un Héroe por su dote de vidente que un simple sujeto que obtuvo las primeras imagenes de como se iniciaba el incidente?

    A veces siento que el reportaje visual se asemeja mas y mas a los documentales de NatGeo o Discovery Channel, solo falta la voz de un narrador o alguien que tenga la voz similar a Jacques Cousteau y sentiré que veo solo más de la fauna humana silvestre…

    En fin… a veces prefiero no leer un diario o ver las noticias de la sociedad ortodoxa y cruda… solo asi hallo la paz.

    n.n

    Saludos,

    http://4thwiseman.wordpress.com

  2. es cierto, a veces todos repetimos lo mismo en webs, periódicos, tele, radio, pero de repente alguien le da vuelta a la notica o el caso y entonces me digo… ¡carajo por que no se me ocurrió! jaja, y bueno, luego de esas experiencias ahora me hacen tratar de «crear» otras noticias en base a un hecho o mejor dicho, levantarla por otros lados.

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