La verdadera marca digital que los periodistas necesitan

La semana pasada, Gene Weingarten escribió un artículo sobre cómo las «marcas» -ese fenómeno en el que los periodistas crean marcas personales en redes sociales para destacar- están arruinando el periodismo.

La crítica de Weingarten se basa en la idea de que crear una marca para un periodista es venderse a sí mismo “como si fueran Cheez Doodle». En su artículo para el Washington Post, afirma que la marca está redefiniendo el periodismo y lo está volviendo “una mercancía». Sus declaraciones fueron provocadas por una carta de un estudiante de periodismo que le preguntó cómo había conseguido construir la marca de sí mismo con tanto éxito.

Florence Pichon de Editors Weblog responde que la marca en realidad tiene que ver con el estilo, la escritura, con atraer a los lectores a través de la elección de temas. “Weingarten permite que su personalidad destaque a través de su obra, tanto en el Washington Post como a través de su Twitter. Lo acepte o no, es un ejemplo clásico de una marca”, opina.

“Además, la marca no necesariamente significa mercantilización. Desarrollar una reputación basada en historias de calidad no significa que un periodista se ha “vendido”, pero sí quiere decir que se ha convertido en una «marca», aunque no haya tenido la intención de serlo (…) En las redes sociales, los perfiles y el estilo personal se combinan para hacer que los periodistas tengan una identificación individual, pero eso no significa que los informes de calidad estén en riesgo”.

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