
La periodista Ana Jefferson recogió dos versiones la misma noticia científica: una escrita por un científico y la otra por un periodista científico. En un artículo publicado por el sitio de noticias Highly Allochthonous notó que la primera diferencia se evidencia en los titulares:
1. «La distribución variable de agua dulce en todo el mundo, junto con la participación de complejos patrones de las precipitaciones en el espacio y el tiempo, afecta a los ecosistemas y la infraestructura de la que dependen las sociedades humanas.»
2. «El cambio climático puede dar en el blanco.»
Jefferson escribió que ambos titulares tienen fortalezas y debilidades, y «las dos formas de escritura sirven a propósitos muy diferentes para públicos muy diferentes». El verdadero problema surge cuando se revisa el mensaje de cada historia.
La primera versión ofrece información detallada y bien explicada sobre la conexión entre el calentamiento climático y las precipitaciones extremas. Es decir, responde a la pregunta: ¿por qué?.
La segunda, del periodista, explicó sobre todo las implicaciones para la industria de los seguros, pero se saltó el «por qué» del asunto.
Jefferson ofrece dos consejos:
Para los científicos: «Si quieres escribir mejor, empiece por leer detenidamente cosas bien escritas».
Y para los periodistas científicos: «Explique no sólo lo que pasó durante la semana, sino también el porqué del asunto. Utilice sus habilidades de escritura para comunicar la ciencia detrás de la ciencia».










