The New York Times, hace 10 años, tuvo un severo caso de fabricación de historias en su redacción, recuerda la editora pública del diario Margaret Sullivan. El escándalo fue ocasionado por Jayson Blair.
Sullivan cuenta que Blair mintió, falsificó y engañó en decenas de historias por bastante tiempo. Fabricó las fuentes, plagió material de otras publicaciones, y narró hechos desde lugares que nunca había visitado.
El problema se investigó y se hizo público a través del propio medio, explica la editora. Blair, el editor ejecutivo y el jefe de redacción del NYT fueron despedidos. El periódico fue el ‘hazmerreír’ hasta en los programas nocturnos de comedia, indica Sullivan en su amplio texto.
Howell Raines comentó, un año después en The Atlantic, que Jayson Blair fue un accidente que puso fin a su carrera de forma impredecible, como un ataque al corazón. A la columna indicó que fue «como pisar una mina«.
«Sentí rabia», refirió sinceramente para el NYT el editor Arthur O. Sulzberger Jr., quien considera que fue un periodo brutal para el medio.
EL EQUIPO
El NYT se encuentra en una segunda ronda de liderazgo editorial. Un tema delicado, en opinión a la editora. Tras el escándalo y un minucioso análisis interno, la gestión del diario ahora establece que nuevas personas que sirvan como ‘salvaguardias’.
La figura del Editor Público es uno de ellos. Estos elementos se dirigirán a los lectores de forma independiente a la estructura de la edición del periódico. El enfoque es el de contestar las denuncias acerca de la integridad periodística del medio.
También se creó el puesto de editor de estándares para controlar la calidad del periodismo. Este personajes estará integrado a la redacción. La otra medida es un programa que evaluará periódicamente la labor de los empleados de la organización. ¿Esto es suficiente para evitar el error? Para la directora ejecutiva Jill Abramson, se tiene que creer en que algo terrible puede suceder de nuevo, más aún en los tiempos de los blogs y de Twitter.
En el largo artículo se señala la preocupación de los editores para tratar el plagio y otros problemas en el uso de las redes sociales, que sufren todos los medios. Todo esto pone en riesgo la credibilidad. Por ello es muy importante la confianza entre el periodista y editor, y entre el periódico y sus lectores, de acuerdo con Clyde Haberman, quien asevera que la confianza es «la moneda de nuestro reino».
LA REPUTACIÓN
Para Sullivan, el medio se recuperó del escándalo, pero no de la información errónea que se difundió, que ahora muchos usuarios usan para hablar de forma despectiva de la compañía.
El daño a la credibilidad puede tomar años para reparar. Y los medios –en esta época de cambios para el negocio de las noticias– tienen que evitar este tipo de errores.
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