La periodista filipina Jennifer Glifonea, quien trabajaba como locutora de radio en la emisora 103.1 FM Edgeradio, fue secuestrada al sur de Filipinas, en la localidad de Candelaria, este domingo por la mañana.
Según testigos, dos hombres armados entraron al restaurante en donde la comunicadora se encontraba y la obligaron a seguirlos.
Se sabe que Jennifer Glifonea emitía comentarios políticos críticos, en un país en donde las campañas para las elecciones locales y nacionales –que se realizarán este lunes–ha estado marcada por una ola de violencia con decenas de víctimas.
El portavoz oficial de la policía, Edcille Canals, declaró a la AFP que aún no se descarta que el secuestro esté relacionado con el trabajo de la periodista.
La situación de los periodistas en Filipinas es crítica debido a las amenazas de varios grupos de mafiosos y separatistas, sobre todo en el sur del país. Desde 2010 seis periodistas han sido asesinados y un total de 155 murieron desde la reinstauración de la democracia en 1986.
La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publicada este año por la organización Reporteros sin Fronteras, señala que Filipinas es uno de los países en donde menos se respeta la libertad de expresión. Las estadísticas señalan que este país se encuentra entre los más riesgosos para un periodista junto con Irak, territorios palestinos, Rusia, México, entre otros.
