Los periodistas se exponen a muchos peligros, sobre todo aquellos que tienen que trabajar en zonas de conflicto. Anton Hammerl nunca pensó que el 5 de abril de 2011 captaría sus últimas imágenes como reportero gráfico y menos que dejaría desamparados a su esposa y tres hijos: Aurora de 11 años, Neo de 8 años y Hiro de tan solo 1 año.
Hammerl, de 41 años, recibió un disparo en el abdomen en la ciudad de Brega, en Libia, por parte de las fuerzas leales al exdictador Muamar Gadafi. Los tres periodistas que viajaban con él fueron detenidos hasta el 18 de mayo, fecha en que el régimen de ese país anunció su muerte.
Clare Gillis, una de esas reporteras, contó a The Atlantic lo siguiente: «(Las fuerzas leales a Gadafi) nos quitaron nuestras cosas, nos ataron y nos lanzaron a la parte trasera de un camión. Todos miramos a Anton en el piso. Vi que no se movía y que estaba cubierto de sangre. Jim (Foley) trató de hablar con él. Le preguntó ‘¿Estás bien?’ y él no respondió».
Los amigos de Hammerl organizaron ayer, lunes, una subasta con las fotografías de los más importantes reporteros del momento para recaudar dinero para sus pequeños hijos. Sin embargo, gracias al apoyo de Reporteros sin Fronteras, también reciben donaciones a través de transferencias bancarias, Paypal o cheques.
¿Te animarías a ayudarlos?










