Tiempo de cambios. Reader’s Digest está en pleno proceso de reinvención. Este mes ha revelado un nuevo rostro, detrás del cual hay una serie de medidas que apuntan a poner fin a la mala racha.
Gill Hudson, la cabeza de la publicación, está tratando de detener la crisis por la pérdida de lectores con reformas que van desde el rediseño «más limpio, moderno y con clase» hasta la contratación de columnistas de alto perfil en consumo y tecnología, dos temas claves para el público objetivo. En un comunicado de prensa lo resumen así: «información y entretenimiento para adultos».
Hudson se mostró confiando en superar esta mala etapa gracias al apoyo económico y la libertad para realizar cambios editoriales.
La editora estadounidense de revistas y libros Reader’s Digest se declaró en 2009 en quiebra. La circulación en la edición impresa de Reader’s Digest disminuyó de 17 millones a 8 millones de ejemplares, entre 1970 y 2008. Al mismo tiempo cayó la publicidad y fracasaron algunos de sus proyectos editoriales.
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