Imagino esto. Un improbable día me ofrecerán trabajar en la televisión, esa caja tonta a la que no pocos egresados de Ciencias de la Comunicación y Periodismo ansían meterse para balbucear las exigencias impuestas por un grupo de empresarios que, eso sí, tienen DirecTv porque son incapaces de consumir los programas infames que financian.Seguir leyendo