Lo primero que aprendí en la escuela de periodismo fue que eso de la aséptica objetividad es un gran cuento, que en este oficio no reproducimos la realidad, sino un fragmento de ésta desde una perspectiva determinada, portadora de nuestras experiencias, convicciones y taras. Lo segundo fue que, justamente por ello, nada es casualidad en nuestros reportes: ni la palabra, ni la foto, ni la ubicación, nada, porque todo tiene un mensaje oculto, una intención de producir tal o cual cosa en la audiencia, aunque a veces no seamos tan conscientes de ello. Por eso, hoy me atrevo a ofrecer a mis colegas estos 10 pasos hacia un periodismo comprometido con #NiUnaMenos, más allá del hashtag y los trending topics.
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