A los 32 años, el mexicano Rafael Cabrera está convencido de algo: le falta mucho por aprender. El reportero de ‘La Casa Blanca’ –como algunos lo conocen– es parte del equipo de investigadores que puso al descubierto la mansión de Enrique Peña Nieto. A pesar de los premios y el reconocimiento, Cabrera insiste en la importancia de no creérsela porque «lo bonito del periodismo es que cuando terminas empiezas de cero otra vez».Seguir leyendo