Verificador de datos

Clik para acceder al texto de Young

Los periodistas metemos la pata a diario. Confundimos negligentemente apellidos, fechas, conceptos, situaciones, términos legales…Y en el peor de los casos contamos cosas que no ocurrieron, pero que alguien -despistado o con deseos de perjudicar al involucrado- asegura que sí sucedió, y encima brinda lujo de detalles.
No es intencional, pero la dejadez hace que asílo parezca. Nos pasa a todos. Y esos errores, lamentablemente, caen manos de los lectores. Algunos los advierten y mandan correos electrónicos, llaman a la redacción o remiten cartas furibundas. La mayoría se queda con el dato erróneo y lo transmite. Y si tiene un blog lo reproduce.
Los diarios peruanos tienen correctores de estilo, esos genios de la ortografía y la gramática, pero no no verificadores de datos. El editor debe rendir cuentas por lo publicado, debe confiar en sus redactores y afinar el ojo y el olfato para detectar cuando de contrabando se ha filtrado un dato pérfido, capaz de hundir o quebrar la tranquilidad de un inocente.
Un verificador de datos es una persona que se ocupa de comprobar la verosimilitud de lo que se publica en un periódico o revista. Su chamba consiste en cerciorarse de que lo que ha escrito el periodista tiene un respaldo documental o testimonios de personas que acrediten que tras la publicación no habrá juicio o carta notarial.
La revista The New Yorker tiene un equipo de verificadores de datos de lujo. Cuando a los periodistas de este medio se les pregunta qué diablos es un verificador de datos te responden así: «una ladilla». Y agregan: «una ladilla necesaria».
Andy Young es una ladilla que todo editor y periodista quisiera tener cerca, no sé si encima exactamente.
Les dejo las palabras de Young sobre su tedioso, maravilloso y envidiado oficio de ladilla.

2 comentarios

  1. El hecho de disponer de un verificador de datos resulta de suma importancia al querer transmitir una noticia. Con la ayuda de un verificador la calidad de un trabajo periodista se puede mejorar y convierte al mismo en una pieza mucho más precisa.
    En algunas ocasiones leyendo aluna revista me he topado con que en el siguiente tomo de dicha revista se cita una parte especial titulada «fe de erratas» donde se colocada la correción a algún dato, nombre o lugar.
    Es cierto que muchas veces los errores en estos casos se dan no por la ineficiencia sino por la rapidez en algunas ocasiones que evitan que el periodista o el redactor verifique al 100% su información y fuentes – pues no contamos con la certeza de que todas ellas digan la verdad-, por ello si se contara con un la ayuda para la verificación de datos el trabajo podría ser mucho mejor. Ya no recaería todo el proceso de verificación en el mismo redactor; sino que se le aligerarìa al mismo el trabajo permitiendole incluso investigar más a fondo en otras fuentes, aquellas que mayor información pueden brindarle y evitarían, por el hecho de no verificar todo, que el periodista no sea considerado como eficiente o veraz.

    Carolina Santillán (303)

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