Para Bradshaw, los estudiantes de periodismo ya no practican su trabajo en el aislamiento de un aula. “Ellos no escriben únicamente para profesores”, agrega y añade que ellos usan blogs, contribuyen en las redes sociales y construyen comunidades. Son sus propios editores.

Hirst afirma que bloguear no es periodismo. Publicar–en su opinión –en Twitter y Facebook tampoco es un acto periodístico como tal. Rara vez se encuentran estudiantes que llegan a niveles aceptables de profesionalismo en estas plataformas, de acuerdo con Hirst. La mayoría de estudiantes, luego de tres años de estudios, aún no se pueden describir como periodistas reales.

ROL DEL EDUCADOR

La clave en esta discusión, de acuerdo con el maestro, es el solo reconocimiento de los estudiantes en primer lugar. Se debe asumir que pueden ser tratados como si fueran periodistas, aún en su condición de alumnos. 

Creer que no hay ‘estudiantes de periodismo’ puede alentar a los maestros a creer que siguen en el negocio de las noticias, cuando están en el de la educación. “El trabajo del periodismo académico (al menos en el lado de la enseñanza) es educar, no perseguir  las noticias”, escribe Martin Hirst.