Nuestro debate sobre el rol del editor a propósito del caso del periodista Rudy Palma, detenido por presunto delito contra el patrimonio, delito informático y revelación de secretos de Estado, y la orden de detención contra Gina Sandoval, su editora, nos llevó a plantearles algunas preguntas a María Teresa Ronderos, periodista colombiana, asesora de la revista Semana y directora de VerdadAbierta.com.
¿Cómo debe verificar un editor las notas de sus reporteros?
-Pues debe conversar mucho con sus reporteros. Saber de dónde salen las historias, cómo consiguió las fuentes. Algo tan fuerte como interceptar correos, creo que es algo obvio en la historia. Si yo veo que alguien dice en una nota ‘Y Fulano le dijo a Mengano: “xxx”’, le pregunto al reportero: ‘¿Cómo sabes que dijo eso?’ Y ahí tiene que salir la respuesta.
¿Dónde queda el nivel de confianza?
-Precisamente porque hay confianza, el editor y el reportero deben tener una relación fluida. Un buen editor sabe dónde andan y en qué andan sus reporteros. No porque sospecha de ellos, sino porque está allí para guiarlos, apoyarlos si necesitan algo.
¿Debe un reportero revelarle las fuentes que consultó a su editor?
-No, no creo que le deba decir nombres o apellidos. Muchas veces he trabajado con reporteros que tienen fuentes propias y no me dicen quién es, ni yo les pregunto. Pero el editor sí sabe desde dónde habla esa fuente, si habló personalmente o qué… sobre todo si se trata de una historia complicada, investigativa, escandalosa, etc. Si el reportero violó la ley y el editor no lo supo, pues no sé si es culpable penalmente, pero periodísticamente sí hay alguna negligencia, pensaría yo. Esto no es lo de cualquier nota de todos los días, ahí sí el editor tiene que confiar en su reportero y no tiene tiempo de preguntarle demasiadas cosas.











