Un jalón de orejas que podría tener drásticas consecuencias para los periodistas de Associated Press que usan activamente las redes sociales.
En una nota interna que pone sobre la mesa el debate entre el uso profesional y personal de las redes sociales (ver Storify), AP publicó una advertencia a sus empleados para que no expresen sus opiniones en Twitter y Facebook.
La advertencia llega justo después de que algunos de sus trabajadores opinaran en Twitter sobre temas de actualidad, como el veredicto sobre Casey Anthony o la votación sobre el matrimonio gay en el Senado de Nueva York.
«Estas opiniones ponen en entredicho la credibilidad de nuestros colegas que han trabajado muy duro para dar una cobertura equilibrada e imparcial a estos temas», señala Tom Kent, director adjunto de AP en un correo enviado a sus compañeros de agencia. El email ha sido publicado por Poynter.
«Cualquier persona que trabaja para AP Noticias deben tener en cuenta que las opiniones que expresan pueden dañar la reputación de AP como una fuente imparcial de noticias», añade, tras advertir que «el incumplimiento de estas normas puede llevar a medidas disciplinarias».
Y reitera que las redes sociales deben ser consideradas como foros públicos, por lo que el personal no debe ofrecer opiniones personales acerca de cuestiones públicas.
En 2009, AP publicó una serie de directrices para el uso de redes sociales.
ENLACE DE INTERÉS:










Durante las elecciones generales pasadas en Perú algunos compañeros -humalistas y fujimoristas- exteriorizaron su furia a través de las redes sociales, algo que obviamente no habrían podido hacer en los medios de comunicación para los que trabajan. Algunos, repito algunos, deberían desempolvar sus libros de redacción para recordar cómo se debe hacer opinión. En lo posible deberían evitar que la bilis influya en comentarios y/u opiniones.
Durante las elecciones generales pasadas en Perú algunos compañeros -humalistas y fujimoristas- exteriorizaron su furia a través de las redes sociales, algo que obviamente no habrían podido hacer en los medios de comunicación para los que trabajan. Algunos, repito algunos, deberían desempolvar sus libros de redacción para recordar cómo se debe hacer opinión. En lo posible deberían evitar que la bilis influya en comentarios y/u opiniones.