La segunda generación de la familia dueña del diario boliviano El Deber ha decidido dejar los cargos ejecutivos y asumir el rol directivo.
En un comunicado, indican que el primer paso para ese objetivo fue la conformación de un directorio independiente y la creación de un consejo familiar.
Así, «tanto la empresa como la familia tienen sus propios órganos de gobierno y las herramientas apropiadas para gestionar una compañía moderna de medios de comunicación».
El objetivo del «rol directivo» será «representar a la empresa hacia afuera y custodiar el legado y los valores de la familia: la filosofía y los principios encargados por su patriarca».
“Estos cambios se los están haciendo en la posición de liderazgo, el tren está andando a 200 km por hora y estamos en la cumbre”, expresó Martin Rapp, presidente del directorio corporativo.
De manera paralela, se apostará por un cambio de modelo de la redacción con énfasis en la integración del diario para el impreso y la plataforma digital










