Los periodistas deben ser cuidadosos en la cobertura de los suicidios, pues la falta de rigor y ética en las historias afectan a la familia de la víctima, y dañan la reputación del medio y del redactor de la nota.
Este tipo de temas no solo se deben repasar y reflexionar después de la muerte de un famoso o de cualquier otra persona. A propósito, te recomendamos leer los artículos de la reconocida periodista y doctora en psicología Christine Stapleton para el Psych Central, portal de psicología y salud mental.
Su blog se llama Depression on my mind (Depresión en mi mente), y es un buen recurso para periodistas.
En la primera entrega cita el libro de estilo de The Associated Press. Se debe entender primero que tener enfermedades mentales no describen a un individuo como enfermo mental a menos que claramente sea pertinente para una historia y si el diagnóstico se obtiene correctamente, citando la fuente y sin confiar por ningún motivo en rumores.
La enfermedad mental es una condición general. Los trastornos específicos son tipos de enfermedad mental y deben utilizarse siempre que sea posible: Él fue diagnosticado con esquizofrenia, de acuerdo con documentos de la corte. Ella fue diagnosticada con anorexia, de acuerdo con sus padres. Fue tratado por depresión.
CLAVES:
- No utilice términos despectivos.
- No asuma que la enfermedad mental es un factor en un crimen violento.
- Evite las declaraciones infundadas de testigos o socorristas que atribuyen la violencia a la enfermedad mental.
- Evite las descripciones que connotan piedad, como afligido con o sufre.
Puedes leer el artículo completo desde aquí. Revisa la etiqueta #suicidereporting para encontrar más claves.









