
Mientras Estados Unidos y Rusia llegan a acuerdos diplomáticos para evitar una intervención militar en Siria, la violencia en este país no cesa. Rebeldes y fuerzas del orden libran diariamente una batalla que, desde 2011, ha cobrado la vida de más de 100 mil personas, según Boston.com.
Ya se ha confirmado el uso de armas químicas en este conflicto interno, y a pesar de ser dos bandos los que se enfrentan, los más perjudicados son los ciudadanos inocentes. La información de los hechos que se recaba es gracias al trabajo profesional de periodistas que se encuentran en Medio Oriente y, en muchos casos, a los mismos civiles que quieren mostrar cuál es la realidad de su nación.
Los corresponsales son parte de la larga lista de fallecidos que se registra en este territorio. A esto se suma los 13 reporteros extranjeros desaparecidos hasta hoy. Por todo esto es que Siria se muestra como el peor lugar del mundo para hacer periodismo. Pero esto no es inconveniente para seguir informando.



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