El periodista argentino Rodrigo Abd, de la agencia AP, contó en un extenso artículo cómo logró escapar de Siria junto a su colega Ahmed Bahaddou.
Ambos ingresaron al país ilegalmente. «Reportar desde Siria fue arriesgado, pero era la única manera de cubrir la historia apropiadamente sin estar a merced de representantes del gobierno que sólo tratarían de controlar lo que uno ve y con quién se reúne», contó. Sin embargo, no podían dejar de cubrir estos hechos.
«Nos vamos a morir», era la frase que más escuchaban. Los disparos no se detenían, menos en la noche.
Querían salir de la ciudad el sábado, pero tuvieron que retrasar su plan porque los ataques continuaban. Lo peor: ese día el gobierno alertó que varios reporteros -como ambos- «estaban apoyando a los terroristas». Es decir, incluso los buscaban.
Al día siguiente, «al caer la noche, decidimos abandonar la ciudad. La idea era correr por una zona despejada vigilada por francotiradores y tanques, pero nuestros guías sugirieron atravesarla por debajo, por un pasadizo».
En medio de la oscuridad de ese lugar, lograron cruzar la frontera. «El viaje fue una oportunidad de presentar un descripción franca de un conflicto que en gran medida sigue velado para el mundo», concluyó.
Vía News Sentinel
