«Los periodistas deben tener muy claro que los niños no son objetos»

En el taller La infancia en la prensa nacional: aportes para un periodismo comprometido con los derechos de los niños, niños y adolescentes, Matilde Cobeña, representante de la Adjuntía de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, recomendó que la libertad de expresión se ejerza respetando y protegiendo los derechos de la personas que están en situación de vulnerabilidad, como los niños y adolescentes.

«Los niños deben ser protagonistas de la noticia y no víctimas o revíctimas de la violencia», dijo Cobeña, y citó el reciente caso de La noche es mía, donde se vulneró los derechos de un niño ultrajado.

En el evento organizado por la Fundación Ayuda en Acción y el Gobierno Regional de Piura, Cobeña  recomendó a los periodistas peruanos revisar la Convención sobre los Derechos del Niño (PDF)  antes de informar, así como la Constitución y el Código de los Niños y Adolescentes.

Y nos invitó a tener presente estas claves:

  • El niño no es objeto.
  • El niño es titular de derechos y obligaciones.
  • Todos los niños son protegidos.

La especialista pidió a los periodistas usar un lenguaje inclusivo. Uno de los ejemplos más claros es el referido a la palabra ‘Menor’, tan usada en los medios. ‘Menor’ tiene una connotación peyorativa, por lo que se recomienda usar términos como niño o adolescente.

«Los medios de comunicación tienen un rol importante en la protección de los niños y adolescentes», remarcó Cobeña, al recordar a los periodistas que pueden colocar temas en agenda.

Para la abogada, la libertad de expresión no es incompatible con los derechos de la niñez y adolescente. Así, invocó a los periodistas a tener claro -como señala la Convención sobre los Derechos del Niño- «que ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación».

Algunos periodistas -advirtió- se acercan a los niños y al ‘entrevistarlos’ los hacen revivir dolorosos momentos al someterlos a preguntas agresivas. Además, al exponerlo en ‘entrevistas’ se les termina por identificar en su comunidad como el niño violado. El ejemplo que se compartió fue el caso del programa de televisión La noche es mía.

Recordó a los periodistas peruanos que no está permitido entrevistar  a los adolescentes infractores. La realidad es que aparecen en muchos medios y en no pocas ocasiones aceptan aparecer en noticieros y similares luego de que sus padres  reciben un dinero.

Finalmente, invocó a los periodistas a capacitarse, informarse y sensibilizarse para implementar en sus medios buenas prácticas. «No queremos que escondan la noticia. Queremos que denuncien el caso, pero que respeten los derechos de los niños y adolescentes», puntualizó.

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