Azam Ahmed no toma a la ligera los testimonios de colegas periodistas sobre los riesgos en México. Él es el corresponsal jefe de The New York Times y tiene a su cargo 12 países en América Latina y el Caribe.
No es un inexperto ni un aficionado al peligro. Su trabajo como periodista lo ha llevado 3 años a Afganistán. Decidió que ya era hora de dejar la zona de guerra. «¿Dónde puedo ir a descubrir una historia, sin que sea impuesta a mí?», se preguntaba. México fue su respuesta debido a su manejo del español.
Pensaba que los problemas que afrontaba México iban a ser su principal material. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa debido a que Donald Trump puso en la mira a este país. Y ahora ya resulta importante también dar seguimiento al contexto binacional.
Se encargará de dar cobertura a las implicancias políticas internacionales de lo anunciado por Trump. Eso ha significado más informes diarios sobre la política y un menor número de recorridos de 40 millas con los migrantes, indica el NYT.
«No siempre estoy demasiado cómodo en un solo lugar porque siempre estoy en movimiento», sostuvo. Con este nuevo centro de atención en México, el editor ha encontrado las contradicciones del país con mayor claridad. Por un lado se trabaja en normativas para el sistema de justicia, pero -por otro- no hay solución para la impunidad de crímenes.









