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Alejandro Almazán: “Hay que narrar las historias con honestidad”

Por Lucero Chávez

Publicado el 25 de marzo del 2014

“Cada texto es jugarte el pellejo”, asegura el periodista y escritor mexicano Alejandro Almazán, ganador del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en el 2013  por su trabajo “Carta desde La Laguna”, crónica que relata el testimonio de una guerra entre los Zetas y el cártel de Sinaloa.

En una conversación organizada por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Almazán explicó que La Laguna fue, durante los años 2011 y 2012, la segunda ciudad más peligrosa de México donde los periodistas no eran bienvenidos. Por el contrario, corrían un gran riesgo cuando intentan investigar el problema y denunciar los delitos que deja el narcotráfico.

“Hay que narrar las historias con honestidad”, sostiene Almazán, quien cree en el poder de las historias: “La indiferencia de los lectores se vence con narrativas arriesgadas y novedosas”

Poco antes de que el periodista decidiera ir a La Laguna para comenzar su historia se planteó  diferentes actividades que debía realizar  para recoger información que le le ayudaran a conocer el conflicto y darle vida al texto.
– Hablar con un sicario
– Tener una guía para subir al Cerro de la Cruz
– Comprar droga en Durangueña
– Visitar el hospital
– Entrevistar a familias de los desaparecidos
– Buscar al dueño de una funeraria

“El viaje no duraría más que una semana” ya que a los narcos –dice el reportero–no les gusta la presencia de los periodistas y permanecer más tiempo en el lugar podría poner en riesgo su vida.

También hizo una lista de personas a las que tendría que contactar para servirse de ayuda, gente que le proporcionara información e historias que le ayudarían a entender la guerra.

Sin embargo, el periodista aseguró que siempre mantiene el anonimato de la fuente ya que, “las fuentes anónimas no sirven para inventar historias, sirven para entender el problema” y “no se necesita retorcer la realidad; ella ha superado la ficción”.

A pesar que muchas personas puedan dudar de la credibilidad de su historia debido a la falta del nombre de un informante, él asegura que nunca la revelará la identidad, ya que es imprescindible cuidar la vida de la fuente. En situaciones tan peligrosas, una fuente puede terminar muerta: “No puedes jugar chueco con tus fuentes. Si tienes un pacto con ellas tienes que respetar”.

BASTA DE SANGRE

Según Alejandro Almazán, una historia de guerra no tiene que estar llena de sangre, de expedientes, de números de muertes. En su caso, él emplea fuentes no oficiales, ya que “las oficiales siempre mienten” y no está interesado en informar sobre el número personas fallecidas. Busca contar la vida de ellas y para ello es necesario dejar los prejuicios: “Trato de contar la vida de los seres humanos que se están matando y entender la parte psicológica y antropológica de mis personajes. No juzgo y tampoco mancho mi texto de sangre”.

Para este tipo de historias, tienes que reportear rápido, dormir poco y estar disponible y alerta todo el tiempo, ya que la noticia de tu presencia se puede filtrar y a cualquier hora una fuente puede llamarte para hablar contigo.

El periodista sostiene que la gente se harta de siempre leer textos de sangre. A través de la crónica, intentó contar estas historias de una manera distinta para que la gente sepa que la guerra no se ha acabado:  “Uso la palabra para que cuando ellos terminen de leer mi texto además de disfrutar la lectura, también piensen ‘sí, a este país se lo está llevando el carajo'”.

El narcotráfico en México es un tema delicado que afecta mucho al país y en especial a los periodistas que no pueden informar con libertad sobre los abusos, delitos y actos de corrupción que se producen.

Sobre el tema, Alejandro Almazán asegura que el narcotráfico es un tema apasionante pero que, con su texto, no pretende hacer una apología al conflicto. Solo busca informar con honestidad. “Se trata de no cerrar los ojos a tu realidad. Los muertos, las viudas, los delitos están ahí y hay que seguir contando estas historias con la mayor honestidad posible”, finaliza.

Alejandro Almazán puede hacer una historia de la violencia perturbadoramente bella, pero sabe bien que hacer crónicas no es solo teclear bonito, y ese mensaje deja en los diversos espacios que frecuenta.

TUITS DE LA JORNADA 

 

 

 

Publicado por:

Peruana. Veinteañera. Interesada en periodismo, política internacional y tecnología.

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