Los periodistas tendrían que ser los más convencidos de ello, pero entiendo que todavía les cuesta comprender qué demonios es este desordenado caos de mensajes chiflados, muy informados, muy coherentes y bastantes bobos también. En la calle, como en Twitter, hay de todo. El rumor, el comentario desatinado, el chisme y la información, o el hilo de algo que te puede llevar a una buena nota.
A propósito de la Mesa Redonda sobre Periodismo Digital Porque el papel no aguanta todo que ha organizado Número Zero en la Pontificia Universidad Católica, evento el que estarán Marco Sifuentes, Eduardo Villanueva y esta blogger, una colega de Espectáculos de un medio que no es el mío me preguntó para qué diablos le podría servir el Twitter.
Y entonces vino a mi mente Demi Moore, y el indiscreto twitt de su marido. Ella aparece en ropa interior, y él, al parecer, es un paparazzi frustrado. La imagen ha dado la vuelta al mundo, y no pocos diarios serios le han dedicado el espacio al asunto. Es el caso de El País de España, que no se resistío a tocar el tema en su edición impresa, y posteriormente a elaborar una nota sobre los famosos y la plataforma de microblogging.
Si repasamos los incidentes de la farándula que hoy se han centralizado en Twitter no alcanzarían páginas en una revista de Espectáculos para dar cuenta de ellos.
He aquí algunos ejemplos:
Madonna confirma ruptura con su novio modelo vía Twitter.
Jennifer Aniston y su novio rompen por culpa de Twitter
Demandan a Courtney Love por difamación a través de Twitter
Lindsay Lohan acusa de drogadicta y de infiel a su ex novia a través de la red social Twitter.
Pero no solo para chismes de famosos sirve Twitter. La condena de 25 años a Alberto Fujimori fue minuciosamente twitteada por mi diario en su cuenta, y por cientos de twitteros peruanos, y extranjeros.
En Twitter también se dan noticias que los medios no quieren enterarse o prefieren callarse. El presunto estado etílico del periodista Álvaro Ugaz se discutió en Twitter y no en la prensa, como ya lo advirtió Jacqueline Fowks aquíy otros bloggueros más. Jalón de orejas para la prensa nacional, de la que soy parte por supuesto.
Los heladeros de D’Onofrio, y su escandalosa y bochornosa oferta de a sol fue twitteada frenéticamente hasta llegar a los medios.
Y las muertes de gente ilustre llegan por Twitter primero. Vanina Berghella twitteó, no sé si primero que otros de sus colegas argentinos, la muerte de Alfonsín, cuando ni siquiera Clarín lo había puesto en su web. Como a Berghella la tengo en mi Twitter, la web de Perú.21 fue la primera en dar el avance, previa confirmación claro.
La muerte de Eddy Blume, fundador de Vía Libre, me llegó vía mensaje directo a mi cuenta gracias a Alberto de B.
Y la de Ugaz se twitteo primero en Perú.21, segundos después de que RPP lanzara la noticia en la radio.
Y podríamos continuar.
Pero termino con la fama inusitada de la tía Sí, lo está. Se trata de Yanet Carazas, con club de fan en Facebook. Ella fue la responsable de relatar durante casi tres horas los 247 hechos probados de la sentencia a Fujimori.
Los primeros fan de la ahora famosa tía Sí, lo está surgieron en Twitter, y El Comercio.com.pe no dudó en entrevistarla, quizás haciendo eco de lo que se decía en esta red social.
Los periodistas que andamos clavados en Twitter debemos ser lo suficientemente responsables para tomar cada twitt con pinzas y verificar la información, proceso básico de confrontración de fuentes y verificación de datos que forman parte del rigor periodístico.
Periodista. Directora de Clases de Periodismo y La Ruta del Café Peruano. Consultora en Social Media. Editora web del diario Perú21 del grupo El Comercio de Perú. Especialista en periodismo digital, comunicación digital y social media.
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